Tres cosas que compré sin mucha esperanza y se quedaron por su utilidad

6–9 minutos

Este año me he comprado cosas que al principio parecían de dudosa utilidad pero cuando las he probado se han quedado porque pese a que se puede vivir perfectamente sin ellas, hacen las cosas del día a día un poco más cómodas. Y he creído interesante comentarlas por aquí por si a alguien se le crea una necesidad oculta.

  1. Bandeja para descongelar alimentos
  2. Exprimidor de pasta de dientes
  3. Calentador de picaduras de mosquito que se activa a través de aplicación

Los enlaces de los productos son patrocinados de Amazon. Si no queréis comprarlos ahí, seguro que por otras tiendas también podréis encontrarlos con estos nombres o muy parecidos.

Bandeja para descongelar alimentos

El mecanismo de esto es más simple que el de un chupete pero funciona, que es lo importante. Es una lámina metálica que tiene unas rayas con un poco de relieve por su superficie. Cuando lo vi en la descripción creía que los surcos tendrían más profundidad pero a penas se notan al tacto.

Su tamaño es casi casi el de una hoja din a4. De alto y largo sería como si le recortásemos un par de centímetros. Además en un lado tiene dos agujeros, son para esa gente de bien que tiene ganchos en la cocina para colgar los utensilios. ¿Se ha notado mi envidia? ¡Quiero tener unos!

En verano no la usamos tanto, pero en invierno marca la diferencia. Sobre todo en aquellas veces que se nos olvida. Los alimentos tardan en descongelarse entre media hora y hora y media. Esto depende del volumen y nivel de capas.

Por ejemplo un táper con pisto o un bote de caldo tarda más. pero unos filetes, un trozo de pan puede estar listo en poco tiempo. Cuando antes se nos olvidaba descongelar algo con tiempo suficiente, utilizábamos el microondas, pero no nos gustaba la textura que deja en alimentos que contienen más cantidad de agua como carne en salsa o verduras.

Si ponemos algo directamente encima de la bandeja el tiempo también se reduce mucho. Si no es posible por el tipo de alimento lo mejor es usar un contenedor cuanto más fino mejor. La bandeja se puede lavar a mano o en el lavavajillas.

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Exprimidor de pasta de dientes

La verdad es que a esto lo podría haber llamado de cualquier forma, que si estrujador, compresor, enrollador… Pero por ese nombre fue por el que lo encontré. Antes tenía uno que me regalaron de plástico pero se partió.

Esto causó sensación en Mastodon. Me consta que bastante gente lo compró. Todo empezó porque estuve preguntando por el nombre, porque no lo encontraba. Al final probando entre diferentes términos conseguí localizarlo.

Vienen dos unidades Y se puede usar tanto para la pasta de dientes como para cualquier tubo de crema que venga en un formato similar. Tiene la parte de arriba más ancha para estos casos.

Es bastante sencillo. Viene un cilindro con una raya que hace como una abertura de lado a lado. Ahí es donde metemos el final del recipiente que queramos estrujar.

Le damos entre un cuarto o media vuelta para que haga un poco de sujeción y lo metemos en la pieza que tiene forma similar a un prisma o triángulo estilizado que también está abierto por arriba. Esta pieza que envuelve al cilindro, tiene como una placa metálica por debajo que lo que hace es como empujar el tubo que va pasando por ahí hacia arriba para dejarlo aplanado.

Y a partir de entonces, ya podemos girar el palo desde fuera cuando queramos extraer el contenido (tiene una parte plana para facilitar el giro). Importante, no iniciar la extracción antes de abrir la tapa.

Va muy bien en aquellas casas en que uno de los miembros aprieta el tubo por donde le viene bien. Así no hay alguien que tiene que estar recolocándolo.

Cuando se acaba el contenido del tubo se queda una forma bastante llamativa. es como una especie de lámina enrollada sobre sí misma. Según el formato al quitarlo del soporte, se puede sacar con la mano pasta para dos o tres cepillados más.

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Calentador de picaduras de mosquito que se activa a través de aplicación

Esto inicialmente lo compré para Lara porque se le ponen fatal las picadas de los mosquitos y tiene que ponerse un montón de cremas para que no le hagan tanta reacción. A ella no le quitan el picor, se lo acentúan y tampoco se le reducen las picadas.

Leí a otras personas en las reseñas y en comentarios de Mastodon y reseñas del producto que estaban en la misma situación y comentaban que les fue genial, pero no fue el caso de Lara. Así que si las picadas te hacen mucha reacción quizá te la juegas un poco al comprarlo.

Entonces me decidí a probarlo para mí antes de ver que hacía con él, si lo regalaba y me lo quedé porque sí que me funciona bien. En aquellas picadas más grandes a veces me lo tengo que ir aplicando cada 12 horas o así porque me vuelven a molestar.

En las que son pequeñas, normalmente con ponérmelo una vez es suficiente. En las dos situaciones es bastante llmativo ver la diferencia entre antes y después de ponernos el aparato.

Antes es como que la picadura está ahí bien inflada. Pero al poco de ponernos el calor, se nota como caliente al tacto y como que se ha vaciado de líquido el centro y queda suelta, parece como que se reabsorbe parte del líquido.

Enseguida noto como deja de picarme. Antes de usar esto a veces me rascaba mucho y me acababa picando más o haciéndome heridas. A todo esto, la recomendación me llegó a través de Jesús domínguez, del blog El Proxy.

Me dejó bastante mal cuerpo que esto funcionase a través de una App. Había visto otros que son tipo boli, pero este es como un PenDrive, que se conecta al puerto de carga del teléfono (tiene versión para USB tipo C y Lightning de Apple).

Tiene dos piezas. Una es la tapa que trae un agujero por si queremos meterla en un llavero, ponerle una cuerda o lo que sea. Y la otra es el aparato que por un lado es es la salida USB que elijamos y por la otra punta es la parte que se calienta y tenemos que tener en contacto con la picadura.

La aplicación en sí no es muy accesible. Tiene los típicos botones sin etiquetar y justo después el control al que realmente se refieren. Pero cuando encontramos el programa que mejor nos va es muy fácil dejarlo configurado para siempre y a penas volveremos a interactuar con la App, al menos en Android.

La pantalla de inicio trae estas opciones: corto, medio, largo. Y luego podemos elegir entre niño, adulto o piel sensible y justo después encontramos el botón para iniciar.

Cada vez que pulsamos un botón va haciendo soniditos y también cuando iniciamos el tratamiento. Esto se puede desactivar. debajo hay como cuatro pestañas, aunque el lector de pantalla las anuncia como botones: inicio, tutorial, apoyo y ajustes.

Desde esta última, tenemos una opción que se llama iniciar el tratamiento al pulsar el botón de volumen. Yo la tengo activada y lo único que hago es desbloquear el móbil, conectar el aparatillo, ponérmelo encima de la picada y pulsar el botón de volumen.

Cuando lo conectas sin abrir la App te pregunta si quieres que abra la aplicación y aparece una casilla para marcar que siempre lo haga. A continuación os dejo el producto y los enlaces a las tiendas de las correspondientes aplicaciones:

Comentarios

Una respuesta a “Tres cosas que compré sin mucha esperanza y se quedaron por su utilidad”

  1. Avatar de Accesorios que han pasado por nuestra cocina – Proyecto para no aburrir

    […] la entrada Tres cosas que compré sin mucha esperanza y se quedaron por su utilidad la describo con más […]

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