He estado en un hotel durante muchos días y he usado bastantes servicios de los que ofrecen. Estos apuntes sobre todo son útiles para ciegos totales o personas que tengan poco resto visual.
Los dejo por aquí por si a alguien le sirven, o por si tardo en viajar, para refrescarme la memoria en su momento. Si alguien quiere aportar algo que se me haya pasado será más que bienvenido.
- Localizar por primera vez la habitación
- Llaves magnéticas
- Bolsas de lavandería
- Cartel de no molestar
- Geles y demás productos
- Menú de la cafetería
Localizar por primera vez la habitación
Si voy acompañado con alguien que tenga un resto de visión suficiente no suelo pedirlo. Pero cuando voy con otras personas que no vemos nada pido en la recepción en el mismo momento de la entrega de llaves que me acerquen a la habitación.
Con una vez que me acompañen suelo tener suficiente para quedarme con el recorrido. Intento fijarme en la forma del pasillo, tomar puntos de referencia… Si la habitación está en medio de un pasillo que es completamente igual no queda otra que contar puertas, dejar alguna cosa colgada del pomo, como una goma de pelo.
Si eres propietario de un hotel y te interesa, en esta entrada hay una empresa que vende los números de las puertas de las habitaciones rotulados en braille: Vinilos para ascensores que no tienen los botones en braille
Si se va con perro guía la cosa se simplifica. suelen acordarse de la habitación en la que tienen guardada su comida…
Llaves magnéticas
En muchos hoteles siguen usando el sistema de la llave magnética, esa que tienes que meter por una ranura y sacarla para que se desbloquee la puerta. Aquí tengo varios trucos, dependiendo de si me acuerdo de preguntarlo en la recepción o al ver el sistema la primera vez.
Si estoy en recepción les pido que me pongan una marca con cinta adhesiva en la parte superior izquierda, así siempre me aseguro de ponerla bien sin estar probando las cuatro posiciones posibles.
Si me doy cuenta cuando ya estoy en la habitación, pruebo la llave hasta que doy con la posición correcta. Cuando la tengo localizada hago una pequeña marca en una esquina rascando superficialmente con una llave de casa. Cuando no las he tenido a mano también lo he echo haciendo una marca con un diente.
En los hoteles que usan llaves con NFC todo este trajín no es necesario ya que da igual la posición en la que la acerquemos.
Una vez abrimos la puerta, suele haber un soporte en la pared para dejar la tarjeta dentro y tener luz en la habitación. Aquí da igual la posición porque no hay ningún lector incorporado, sólo hay un sensor que detecta cuando introducimos algo. A veces he metido cualquier tarjeta de las que llevo en la cartera, de aquellas que no son importantes mientras he tenido que salir y así dejo cargándose algún dispositivo. O por si alguien se queda en la habitación no dejarle sin luz.
Bolsas de lavandería
Como me he alojado muchos días seguidos me quedé sin ropa, y por primera vez necesité hacer uso de la lavandería del hotel.
Las bolsas de la lavandería suelen ponerlas dentro del armario, encima o al lado de la caja fuerte. Además hay un papel con las tarifas por cada tipo de prenda y el lavado elegido.
Me puse a llenar la bolsa y como iba con acompañantes videntes, antes de salir de la habitación les pedí que me ayudasen a rellenar el papel. Fue entonces cuando me dijeron que el papel era informativo, sólo servía para consultar los precios.
Me explicaron que en la propia bolsa había un recuadro en el que tenías que marcar con un lápiz o un bolígrafo si querías lavado + secado, lavado con planchado o en seco.
Esto si vas acompañado no tiene mayor problema. Pero si no es el caso, la mejor solución que se me ocurre es ir con la bolsa vacía a recepción y pedir que nos marquen la opción que queramos. Luego, con la bolsa ya marcada, llenarla y dejarla en la habitación.
Creía que había que llevarla a algún sitio específicamente, pero no, se encarga de recogerla el personal del hotel.
La dejé sobre las 11 de la mañana y al volver por la noche ya tenía toda la ropa lavada y doblada. Fue bastante rápido. Creía que tendría que esperar al día siguiente. Imagino que si se deja un viernes es posible que se alargue el plazo por ser fin de semana.
Cartel de no molestar
Esto ha sido una anécdota en diferido totalmente. Hace años me fui a dar una ducha. Para quedarme más tranquilo puse el cartel de no molestar para que no entrase nadie.
Lo hice porque escuché que la encargada de la limpieza estaba dando vueltas por la planta de mi habitación. Así que dije pues nada, pongo el cartel y luego cuando esté arreglado y listo para salir lo quito.
Estaba secándome con mi música ambientando de fondo y de repente… Se abrió la puerta.
En aquel momento me quedé muy sorprendido y le dije a la persona que estaba puesto el cartel, que si no lo había visto. Simplemente se disculpó y cerró la puerta.
No entiendo por qué no me dio ninguna explicación. Supongo que fue por apuro o porque se dio cuenta de que era ciego. Pero al no hacerlo se reforzó mi creencia de que no había mirado bien.
Esta vez me pasó lo mismo, dejé el cartel y volvieron a entrar. Por suerte estaba sentado en el escritorio con la Tablet. Se volvió a repetir la escena y entonces la persona me dijo que estaba puesta la otra cara. Le pedí disculpas y giré el cartel.
Me quedé con el runrún y cuando tuve un momento me puse a mirarlo con el móvil. Descubrí que el maldito cartel tiene dos caras… En una pone por favor, no molestar. Y en el otro… Por favor, haga la habitación.
Así que ya sabéis, antes de ponerlo comprobad con el teléfono por cuál de las caras lo estáis colocando. Y tened cuidado porque según como lo introduzcáis en el pomo puede que se dé la vuelta.
Geles y demás productos
En algunos ponen los típicos botecitos de muestra y en otros son dispensadores anclados a la pared.
En este que me alojé habían cuatro dispensadores. Dos en la ducha y otros dos encima de la pila de lavarse las manos. En algunos es fácil por el olor, pero en este caso olían todos igual, la única diferencia entre ellos era la consistencia.
Aquí toca tirar de aplicaciones del teléfono como Be my eyes. Gracias a la opción de reconocimiento de imágenes con Be my AI pude saber qué contenía cada uno.
Le pedí que me los ordenase de izquierda a derecha y obtuve el siguiente resultado:
El dispensador de la izquierda es de champú y el de la derecha es de acondicionador.
En un primer momento me quedé igual, pero luego caí en que en algunos sitios lo llaman champú, que es lo que yo entiendo como gel corporal.
Encima de la pila me encontré con que había un jabón para las manos y masaje para después del afeitado.
Menú de la cafetería
Muchas veces hay una especie de libritos en los que podemos encontrar los horarios, las cartas de la cafetería o restaurante. También hay oferta de distintos tipos de almohadas.
Se pueden leer con cualquier aplicación OCR. O preguntando al personal. Si tenemos suerte, a veces hay un QR accesible, o puede que la tengamos digitalizada en la propia página del hotel.
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