Conseguir que las pastillas del lavavajillas queden disueltas

1–2 minutos

Normalmente comprábamos pastillas del lavavajillas de marcas conocidas. Pero como últimamente los precios estaban disparados, decidimos probar con las que ofrece la marca blanca del supermercado, que suponía un ahorro de casi el 80%.

Al principio los resultados eran los mismos que nos daban las marcas con más nombre. Pero pasado un tiempo, al abrir el lavavajillas, aparecía la pastilla en el cajetín un poco húmeda pero sin estar disuelta. Además esto empezó a pasar justo cuando había comprado un paquete de 50 pastillas y aún me quedaban unas 10 del anterior.

Como no me hacía ninguna gracia tener que tirar todas esas pastillas, o tener que gastar más agua poniéndolo otra vez, empecé a hacer diferentes pruebas. Primero mirando el filtro, la sal, el abrillantador… Pero todo estaba bien y seguía pasando.

Las que comprábamos de marcas conocidas eran de un tacto gelatinoso y con un peso muy ligero. En cambio las de marca blanca son rígidas y están recubiertas con una especie de silicona, además pesan bastante más.

Después de hacer muchas pruebas finalmente di con una solución bastante simple pero efectiva. Con las anteriores tenía la costumbre de meterlas hasta el fondo del cajetín.

En cambio con las que son rígidas (en mi caso las de marca blanca), la solución ha sido ponerlas justo en el filo, donde después cerraremos la puertecilla. Es como que quedan apoyadas justo por dentro. Además el propio lavavajillas tiene unas líneas en relieve, para que pase el agua por debajo y justamente acaban ahí con lo que favorece la inclinación. Así, nada más abrirse caen por la fuerza de gravedad y la presión del agua.

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