Normas sociales que no entiendo

5–7 minutos

Hay ciertas normas sociales que no acabo de entender y por mucho que me las hayan explicado siguen sin significar nada para mi.

Suelen ser cosas que creo que no aportan a quien las recibe. Por ejemplo que me feliciten en mi cumpleaños, que me den el pésame cuando pierdo a algún ser querido o que me pregunten que tal cuando no les interesa.

Son gestos que no me aportan, y queizá por eso, tampoco veo sentido que si yo los hago puedan servir a los demás.

Felicitar por el cumpleaños

Cuando alguien me felicita sinceramente, no me supone nada. Si soy yo el que lo hace, tampoco siento que le aporte a la otra persona. Cuando es mi cumpleaños si alguien se olvida de felicitarme ni siquiera lo tengo en cuenta.

He visto que hay personas a las que sí les afecta o lo tienen en cuenta. En esos casos lo que hago es apuntármelo, porque si fuese por mí, o se me olvidaría, o aunque me acordase no lo consideraría lo suficientemente importante.

Es como una sensación de decir ¡felicidades! Ala, ya está, check echo en la lista de tareas hasta el siguiente año. Otra parte de mi dice, pero felicidades ¿por qué? ¿Por seguir vivo, por nacer ese día concreto?

Hay otras situaciones en las que veo que eso sí que se hace con un sentido más centrado en la persona. Se hace aprovechando ese pretexto para hacer una llamada para ponernos al día, se organiza una fiesta de cumpleaños para rodearse de esas personas importantes.

Ahí sí que me parece bien y comparto esa parte. Pero el gesto de felicitar en ese caso lo veo como un trámite por el que hay que pasar, pero sigue sin significar nada. Me quedo más con la sensación de haber compartido un rato con la persona que otra cosa.

Últimamente estoy eliminando mi fecha de cumpleaños de todos los sitios que puedo como redes sociales y perfiles. No es por nada, pero no me aporta que la gente se acuerde de cuando es mi cumpleaños por una alerta que les aparezca y que entonces envíen un mensaje predefinido entre los que ofrece la plataforma.

Otro caso chocante en relación con esto, es cuando una persona que tengo agregada porque me interesa lo que escribe, pero no hemos intercambiado ningún mensaje entre nosotros y llegado ese día ves que te escribe. Y si repaso los mensajes intercambiados solo se repite un ¡felicidades! cada año.

Dar el pésame

Con esto me pasan varias cosas. Es posible que sienta mucho que hayas perdido a alguien, que incluso la pérdida y el sentimiento sean compartidos.

Pero tengo una visión de la muerte un tanto particular. Siempre cuando he perdido a alguien no he pasado por ese sentimiento de tristeza tan grande que otras personas pueden llegar a tener. He podido pasarlo mal si esa muerte ha sido después de una enfermedad que ha echo sufrir a la persona y ha durado tiempo.

Pero el que muera alguien no me entristece, considero que es algo por lo que pasaremos todos. En algunos momentos puedo echar de menos a esa persona, acordarme de momentos vividos, sonreír con nostalgia y seguir adelante.

Pero el decir a alguien, lo siento mucho, te acompaño en el sentimiento o fórmulas preestablecidas similares, considero que no aporta nada.

Como en el caso anterior de felicitar, creo que un acompañamiento en esos momentos difíciles es mucho más efectivo. Hablar de momentos vividos, recordar esas anécdotas. O incluso hablar de otras cosas puede venir mejor.

Y con hablar de otras cosas no quiero decir quitarle importancia, sino que quizá como comentaba en Mientras aquí está tronando, ahí fuera el mundo sigue girando el echo de saber que la vida sigue, pueda ayudar, al menos conmigo lo hace.

¿qué tal?

Con esto tengo un problemón. Cuando lo preguntan me cuesta saber qué respuesta se espera de mí.

Hay veces que al preguntarlo, siento como que esperan que digas bien y ya está, trámite desbloqueado.

Otras veces, es como que a parte de la típica frase echa se usa para ampliar conversación. A mi normalmente me suele salir contestar bien, y además comentar algo que sirva para continuar la conversación.

Pero en esos casos también es como que a veces ves que la otra persona que te lo ha preguntado en un inicio se queda así como muy pillada o incómoda, porque esperaba un simple «bien».

En los casos que solo quiero saludar y no dar más conversación, digo hola, buenos días o lo que corresponda y ya. No suelto una frase echa a ver qué pasa después.

Sé que muchas veces se hace para sacar conversación cuando no se sabe de qué hablar. Y que a lo mejor por saludar sin más estoy perdiendo posibles temas de conversación. Pero no sé, prefiero no soltar un qué tal falso, que provocar en los demás la misma sensación que tengo cuando me dicen a mi esa frase y esperan la respuesta preestablecida.

Invitación a celebraciones cuando llevamos mucho sin vernos

Aquí el ejemplo que más fresco tengo es el de las bodas. Entre que es un acto social que ni frío ni calor. Me sorprende mucho cuando me invitan a una y hace mil años que no sé nada de esa persona.

Se junta la parte de la pereza, la parte que me dice pero a ver, si no hablamos nada desde hace años, por qué ahora me invitas a una cosa tan importante. Y quizá esto también se hace para retomar el contacto perdido.

En la mayoría de esas ocasiones rechazo la invitación. Y quizá parezco borde o algo similar. O por eso mismo, una vez pasado el momento de haber dicho que no asistiré seguimos sin retomar el contacto.

Puede que esas personas se sientan ofendidas o algo similar. Pero la verdad que entre que me dan mucha pereza y que no sé cómo gestionarlo de otra forma siento que es otra situación de la que no actúo como el resto.

Aquí también podría entrar en la hipocresía de ser invitado, porque entre que tienes que comprar un traje, desplazamiento, el sobre para los novios y en algunos casos hasta el alojamiento… Pero eso sería salirme del tema principal, que son las normas sociales.

Estas cosas me hacen sentir raro

Me he decidido a contar esto porque muchas veces cuando lo hablo con personas noto que no se me entiende. O que se siente como que no es lo normal.

Otras veces es como que sí que se llega a entender una pequeña parte. O aunque se me comprenda, es como que incomoda que alguien diga esto en voz alta. Y cuando lo digo, es como que me dicen sí, tienes razón, pero la sociedad es así. Pues a mí no me gusta.

Así que nada, tanto como si no lo entiendes y crees que puedes darme una explicación para que comprenda el por qué es importante. Como si una pequeña parte de ti también lo siente como yo, estaré encantado de leerte.

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